El leopardo de Arabia es uno de los felinos más bellos del mundo. Un depredador feroz, no tan famoso como otros tipos de leopardos, pero vale la pena aprender más sobre este maravilloso animal. Además, debido a la pequeña población que existe actualmente, esta subespecie se encuentra en peligro de extinción, lo que hace que por la baja diversidad también se clasifiquen como problemas genéticos y enfermedades congénitas.
La especie de los leopardos
El leopardo árabe pertenece a un grupo de felinos, los leopardos. Una de las especies felinas más fuertes y temidas. Además, son muy astutos y cautelosos, además de rápidos, buenos escaladores y ágiles. Además, son territoriales, marcando y defendiendo lo que consideran suyo.
La palabra leopardo (leopardo) se originó en griego y es una mezcla de las palabras león y pardo (leopardo). Como ya sabes, el término “leopardo” se usa a menudo para referirse a una pantera o un jaguar. Por lo tanto, el nombre científico del leopardo es Panthera pardus. Ya sabes que las panteras negras son solo leopardos melánicos, es decir, tienen pigmentación negra.
¿Qué es el leopardo de Arabia?
El leopardo de Arabia es una subespecie de leopardo que habita en la Península Arábiga (Yemen y Omán), además del desierto de Negev, en Israel. Su nombre científico es panthera pardus nimr y, como ya he mencionado, lamentablemente se encuentra en peligro de extinción.
Entre sus características destaca su tamaño, ya que es más pequeño que otros de sus parientes. Los machos adultos pueden pesar 30 kg o más, mientras que las hembras pesan alrededor de 20 kg. En cuanto a la longitud de estos felinos, ronda los 1,3 metros. Esto está lejos de los 90 kg que suelen pesar otros parientes más pesados de otras subespecies.
La dieta de este depredador se basa en pequeños mamíferos que puede cazar con destreza. Por ejemplo, se alimenta de liebres, cabras montesas, etc. En algunos casos también pueden cazar algún ganado de la actividad de los campesinos que habitan estas zonas, aunque no es tan frecuente. El reducido número de estos animales también ha condicionado la supervivencia de estos leopardos, ya que su presa era escasa.
La escasa población de este animal (unos 250 ejemplares) ha disparado las alarmas de los biólogos y se han capturado ejemplares para su cría controlada y posterior reintroducción en la naturaleza. Así, esta especie se ha conservado mejor, aunque todavía están en riesgo. La falta de presas y la caza furtiva son sus mayores enemigos en la actualidad.
Tenga en cuenta que a diferencia de otros mamíferos, no tienen una gran cantidad de crías. Como indica InfoAnimales, después de unos 97-100 días de gestación, la hembra preñada suele dar a luz entre 1 y 2 cachorros. Estos cachorros nacen con los ojos cerrados, hasta que pasa una semana no pueden abrirlos. Durante los primeros meses serán amamantados por la madre y no serán separados de su madre durante los 2 primeros años, mientras aprenden todas las habilidades para poder valerse por sí mismos.
Suelen ser animales solitarios, que solo se unen a otros para la época de apareamiento. Pasan la mayor parte del tiempo en la montaña, ya que la altura les da una ventaja como cazadores. Durante el día suelen descansar a la sombra, siendo más activos por la noche o temprano en la mañana, cuando se desplazan para beber o cazar.
Fuente: PeriodicodeIbiza
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