En el minuto 100, en la prórroga, medido con Vinicius en la banda derecha del ataque del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann se inventó un golazo, marcó la diferencia definitiva y cambió el derbi de los octavos de final de la Copa del Rey para culminar la resistencia del conjunto rojiblanco, sometido casi siempre por el Real Madrid, al que doblegó ya invariablemente por el 4-2 al borde del final de Riquelme.
Un golazo. La resolución de un duelo menos espectacular, sin punto de comparación, con el de hace una semana en la Supercopa de España. Más vibrante por el marcador tan ajustado que por otra cosa. Por el esfuerzo que por el fútbol. Dominado por el Real Madrid, sobrevivido por el Atlético, ganador en el mismo espacio de tiempo que casi siempre le tocó perder contra el ‘eterno’ rival. Griezmann varió la historia.
Derbi entre colchoneros y merengues
El primer remate de verdad del Atlético, generado en un rechace de Rudiger que adivinó antes Lino que Carvajal, fue gol. El brasileño se lanzó al suelo para remacharlo. Sin opción de alcanzarlo Carvajal, poco ágil Lunin, el elegido para el desafío del Metropolitano, fue el 1-0.
Un premio inesperado. Imperceptible. Como lo fue después el 1-1, a los seis segundos del único minuto de tiempo añadido. Está el Atlético en un trance defensivo inexplicable. Una falta botada al área de Luka Modric, la salida de Oblak entre Rudiger, Giménez y Saúl y el rebote en la mano del cancerbero a su propia portería. El balón que debía ser suyo. No lo fue. Un borrón para el guardameta, desacertado. Lo asumió.
El 1-0 era una anomalía, visto los créditos del primer tiempo. El 1-1, no lo era. Al menos, no tanto. Rodrygo lo recordó a la vuelta del vestuario, con un remate escorado que repelió Oblak.
Un rebote en Camavinga hacia su área desató la pifia de Lunin, señalado en el 2-1, con un despeje que golpeó en Rudiger y le quedó suelto, de frente a la portería, sin nadie delante, a Morata, que encontró el gol casi sin intuirlo.
Esta vez, el golpe sí afectó al Real Madrid. Enredado hasta el minuto 75, se reencontró con un larguero de Rodrygo -se retiró después cojo, en el 80, cambiado por Joselu- que proclamó que aún estaba más que vivo. Lunin, cosas del fútbol, se reivindicó, a la vez, ante Griezmann. Y después ante Morata.
Señalado antes, sin esas paradas, sobre toda la última justo antes del 2-2, no habría sido posible el 2-2 del Real Madrid, que llegó en una acción de Vinicius, en el desmarque de Bellingham y en el centro del inglés para el remate solo de cabeza de Joselu, recién entrado; desbordada la defensa del Atlético, salvada después por Oblak al borde de la prórroga.
Griezmann se vistió de héroe en la Copa del Rey
Hasta que Griezmann se inventó un gol extraordinario, un balón suelto, una carrera, un regate para dejar atrás a Vinicius, para bordear la línea de fondo, batir con un golazo a Lunin en el minuto 100, eliminar al Real Madrid, desquitarse de la última derrota y tomar, exhausto, una plaza en los cuartos de final de la Copa del Rey competida hasta el final, hasta el límite, con un gol bien anulado al Real Madrid, con el 4-2 de Riquelme y con la apoteosis del Metropolitano.
Ficha técnica
4 – Atlético de Madrid: Oblak; Llorente (Barrios, m. 97), Witsel, Giménez, Hermoso, Lino (Riquelme, m. 91+); De Paul (Azpilicueta, m. 105 (Savic, m. 115), Koke, Saúl (Molina, m. 55); Griezmann y Morata (Memphis, m. 97).
2 – Real Madrid: Lunin; Carvajal, Nacho (Fran García, m. 105), Rüdiger, Mendy (Brahim, m. 65); Camavinga (Ceballos, m. 105), Modric (Kroos, m. 65), Fede Valverde (Tchouameni, m. 73), Bellingham; Vinícius y Rodrygo (Joselu, m. 80).
Goles: 1-0, m. 38: Lino. 1-1, m. 45: Modric. 2-1, m. 57: Morata. 2-2, m. 82: Joselu. 3-2, m. 100: Griezmann. 4-2, m. 118: Riquelme.
Árbitro: Cuadra Fernández (C. Balear). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Morata (m. 58), Hermoso (m. 68), De Paul (m. 78), Koke (m. 79) y Witsel (m. 113) y a los visitantes Vinicius (m. 45), Camavinga (m. 55), Brahim (m. 68), Bellingham (m. 84) y Carvajal (m. 89).
Incidencias: partido correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Cívitas Metropolitano ante 67.623 espectadores. Antes del inicio del partido se guardó un minuto de silencio en memoria de la leyenda del Atlético de Madrid y del fútbol argentino Jorge Griffa. Tambien se hizo entrega de una camiseta con el número 174 a Antoine Griezmann como reconocimiento a su condición ya de máximo goleador de la historia del club rojiblanco, con esa cifra de tantos.
EFE
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