El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó el miércoles comprometerse a una transferencia pacífica del poder en caso de perder las elecciones del 3 de noviembre frente a su rival demócrata, Joe Biden, y agregó que prevé que el resultado de los comicios termine en la Tribunal Supremo. Entrega del poder de Donald Trump
“Vamos a ver qué pasa”, dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca cuando le preguntaron si se compromete a llevar a cabo el traspaso de poder de forma amistosa.
El presidente ha puesto en duda repetidamente, y de manera preventiva, la legitimidad de las elecciones debido a su preocupación por el voto postal, que los demócratas han alentado como una forma de participar de manera segura durante la pandemia.
En 2016 Trump también planteó dudas sobre si aceptaría los resultados de los comicios, pero terminó ganando. Entrega del poder de Donald Trump
El presidente, que está buscando una sucesora para la jueza liberal Ruth Bader Ginsburg, fallecida la semana pasada, dijo el miércoles que cree que las elecciones de noviembre terminarán ante el Tribunal Supremo y que, por lo tanto, es importante contar con los nueve jueces que conforman el organismo.
“Creo que esto terminará en el Tribunal Supremo y creo que es muy importante que tengamos a los nueve magistrados”, indicó. Un voto del Senado antes de la elección sellaría una mayoría conservadora de 6-3 en la corte. Entrega del poder de Donald Trump
Elecciones “fraudulentas”
El presidente apuntó que el senador republicano Lindsey Graham, que preside el Comité Judicial del Senado, no tendría que celebrar audiencias para la nominada al Tribunal Supremo, por lo que el proceso sería rápido.
Trump ha dicho en varias ocasiones -y sin aportar pruebas- que la única manera en la que los demócratas podrían ganar sería en unas elecciones fraudulentas.
Hasta ahora, sólo unos comicios estadounidenses se han dirimido en los tribunales, los del año 2000 entre el republicano George W. Bush y el demócrata Al Gore.
Trump ya ha nombrado a dos jueces conservadores para ocupar puestos vitalicios en el alto tribunal: Neil Gorsuch, en 2017, y Brett Kavanaugh, en 2018. Los nombramientos requieren la confirmación del Senado y los republicanos ocupan 53 de los 100 escaños de ésa cámara.