El libro «Mañana y tarde» del reciente premio Nobel de Literatura Jon Fosse, editado por Nórdica Libros / De Conatus y traducido por Cristina Gómez-Baggethun y Kirsti Baggethun, captura la voz de los estados de conciencia previos al sueño.
Su estilo hipnótico te sumerge en un tiovivo de sensaciones, desprovisto de luces y decorados, donde la profundidad del ánimo vital de Johannes, el protagonista, se destaca sin entrar en los detalles triviales de su vida.
Aunque sabemos que fue pescador, perdió a su esposa Erna, a su mejor amigo Peter, tuvo siete hijos y sigue conectado con algunos, así como realiza la pesca de cangrejos, el señuelo no profundiza mucho más.
La voz del protagonista suscita desconfianza, pues no queda claro si coexiste con los vivos, los muertos o transita en un purgatorio narrativo lleno de conjunciones copulativas, como si quedaran pendientes muchas compañías por amar en su sencillez en esta obra literaria.
La profundidad minimalista del libro Mañana y Tarde
En menos de cien páginas, Fosse nos guía a través de las neblinas del pasado, presente y futuro, sin adornos ni pretensiones. Su prosa lejos de encantamientos, resalta la honestidad del monólogo interior, centrándose solo en lo amado.
No hay sofisticación aparente, ni frases impactantes contra el olvido; el material narrativo está crudo. Pero el libro arrastra como una corriente marina, sumergiendo al lector en la conciencia de Johannes desde su nacimiento hasta su muerte.
«Mañana y tarde» presenta un embotamiento narrativo en el libro, difuminando los límites entre la vida y la muerte, el exterior y el interior, el pasado y el futuro. La escritura fluye sin restricciones, con el magnetismo de Faulkner y la desorientación existencial de Beckett.
Fosse, alcohólico convertido al catolicismo, refleja en su obra una experiencia que se asemeja a salir de una misa o una borrachera. Generando así una sensación de familiaridad extraña y adormecida, una despersonalización donde algo nos ha conducido.
A lo largo de la lectura, encontramos ráfagas reiterativas, entrelazamientos temporales y dispersas imágenes, similares a las que preceden al dulce sueño. La obra destaca al sumergir al lector en la esencia de una vida sin detalles específicos. Con una brutal simplicidad que succiona como las voces monótonas de una furgoneta anunciando servicios de tapizado de muebles.
Fosse, Lorca y la soledad
Aunque la distancia entre Fosse y Lorca es amplia, se percibe en su obra una fascinación por el poeta español, al punto de adaptar algunas de sus obras.
El libro «Mañana y tarde» puede interpretarse como un relato en el que el protagonista busca desacostumbrarse a la vida. El ejercicio de la despedida atraviesa la inevitable soledad metafísica a la que estamos condenados, solos con nuestros pensamientos, constituyendo nuestro único consuelo.
La obra de Fosse, participar en esa experiencia de extrañamiento, fusiona los horizontes que separan el mundo exterior y el mundo de los pensamientos. Haciendo que la lectura sea una inmersión profunda en la introspección y la fugacidad de la existencia.
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