Recientemente los investigadores por medio de un estudio, han conseguido descubrir que las células humanas pueden convertir secuencias de ARN en ADN.
Siendo entonces este descubrimiento una hazaña más común en los virus que en las células eucariotas; según publican en la revista Science Advances.
Las células contienen maquinaria que duplica el ADN en un nuevo conjunto que va a parar a una célula recién formada. Esa misma clase de máquinas, llamadas polimerasas, también construyen mensajes de ARN; además, son como notas copiadas del repositorio central de recetas de ADN.
Pero se pensaba que las polimerasas sólo funcionaban en una dirección, de ADN a ARN. Esto impide que los mensajes de ARN vuelvan a inscribirse en el recetario maestro del ADN genómico.
Ahora, investigadores de la Universidad Thomas Jefferson, en Estados Unidos, aportan la primera prueba de que los segmentos de ARN pueden volver a escribirse en el ADN, lo que desafía potencialmente el dogma central de la biología y podría tener amplias implicaciones que afectan a muchos campos de la biología.
“Este trabajo abre la puerta a muchos otros estudios que nos ayudarán a comprender la importancia de disponer de un mecanismo para convertir los mensajes de ARN en ADN en nuestras propias células humanas”, afirma el Dr. Richard Pomerantz, profesor asociado de bioquímica y biología molecular de la Universidad Thomas Jefferson.
“El hecho de que una polimerasa humana pueda hacer esto con alta eficiencia, plantea muchas preguntas”, añade. Por ejemplo, este hallazgo sugiere que los mensajes de ARN pueden utilizarse como plantillas para reparar o reescribir el ADN genómico.
El grupo colaboró con el laboratorio del Dr. Xiaojiang S. Chen en la USC y utilizó la cristalografía de rayos X para definir la estructura y descubrió que esta molécula era capaz de cambiar de forma para acomodar la molécula de ARN más voluminosa, una hazaña única entre las polimerasas.
“Nuestra investigación sugiere que la función principal de la polimerasa theta es actuar como transcriptasa inversa -dice el Dr. Pomerantz-. En las células sanas, el objetivo de esta molécula puede ser la reparación del ADN mediada por el ARN. En las células no sanas, como las cancerosas, la polimerasa theta está muy expresada y favorece el crecimiento de las células cancerosas y la resistencia a los fármacos”.
“Será apasionante seguir comprendiendo cómo la actividad de la polimerasa theta en el ARN contribuye a la reparación del ADN y a la proliferación de las células cancerosas”, concluye.
Con información Sanidad/Redacción NDV
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