La oposición denunció “abusos” en gasolineras que comenten los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB); contra los usuarios que hacen colas en las estaciones de servicio.
Eso sucede a diario a quienes tras hacer horas e incluso días de cola para repostar; son desalojados del lugar bajo amenazas o sobornados para poder permanecer en la cola.
Pero en las últimas semanas la escasez amenaza de nuevo y las colas interminables vuelven a ser parte del panorama y el “pan de cada día, especialmente en las “bombas” donde se vende el combustible subsidiado.
Oposición denunció “abusos” en gasolineras
Con la vuelta de las colas de vehículos a la espera de surtir regresaron también los abusos; ya denunciados por numerosos usuarios en marzo y abril.
Ahora se acentúa como el cobro de funcionarios de la GNB para dejarlos pernotar o dar privilegios de pasarlos antes que usuarios que tenía horas y hasta días a la espera.
Se llegó a denunciar hasta la venta hasta gasolina por fucionarios que deban su números de teléfonos para “despachar” desde sus casas la gasolina.
No se toman medidas
Aunque el presidente Nicolás Maduro aseguró desde hace semanas y hasta meses que tomaría medidas al respecto y averiguaría qué funcionarios se estaban lucrando a costa de la necesidad de los venezolanos; se quedó en eso porque los abusos, si bien disminuyeron al reducirse la escasez y no haber largas colas. no desaparecieron.
Ahora, ante el temor a quedarse nuevamente sin gasolina, volvieron las colas y con ellas, según la oposición, los abusos de autoridad por parte de los funcionarios que sin explicación alguna amenazan a los usuarios.
Se agota inventario
La Asamblea Nacional de Venezuela (AN) alertó esta misma semana de que se están agotando las opciones para que el país pueda abastecerse de gasolina; recurso que ya no produce pese a su amplia capacidad instalada y su materia prima.
A esto hay que agregarle las fallas presentadas en la refinería El Palito, en Puerto Cabello, estado Carabobo, única que esta produciendo, con dificultades, unos 30 mil barriles diarios para distribuir en toda la nación.
Se le suma la reciente incautación que hizo Estados Unidos de cuatro buques cargados con gasolina que navegaban hacia Venezuela para abastecerse de nuevo sembró el pánico entre los ciudadanos ante la posibilidad de volver a vivir lo ocurrido en marzo y mayo.
El cargamento que llegó en mayo supuso nuevas normas para la distribución del combustible, incrementando su precio hasta 0,50 dólares por litro, la no subidiada.
Además, la obligación de pagar el combustible en divisa en las estaciones de servicio no subvencionadas desarmó a miles de venezolanos sin acceso a dólares.
La opción que les queda es hacer cola durante horas o días en las escasas gasolineras que el Gobierno dejó con subvención, a un precio de 5.000 bolívares el litro, por el último día de la placa, además de 120 y 60 litros por carro y moto al mes respectivamente.
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