El gobierno venezolano empezó a importar papel moneda y se encuentra evaluando la impresión de billetes con denominaciones más altas dado que la hiperinflación ha ocasionado escasez de efectivo en el país; seis personas con conocimiento del tema indicaron a la agencia Bloomberg.
Venezuela ha traído casi 71 toneladas de papel de seguridad este año de una imprenta italiana; cuya propiedad mayoritaria corresponde a la firma de capital privado Bain Capital, de acuerdo a algunas de las personas y datos analizados por Bloomberg de ImportGenius; que acumula los registros aduaneros que obtiene por medio de fuentes privadas. El banco central está considerando imprimir un nuevo billete de 100.000 bolívares y denominaciones más altas, indicaron las personas. Sería la denominación más elevada hasta ahora, sin embargo equivaldría a solo USD 0,23.
BCV no se ha referido al tema
Oficiales de prensa de la imprenta Fedrigoni SpA y Bain Capital declinaron comentar acerca de los envíos de papel, que provenían de Brasil. El banco central venezolano no respondió a llamadas y mensajes en busca de comentarios.
La necesidad de billetes de mayor denominación es el resultado directo de una moneda cada vez más débil y de una inflación que está estimada en 2.400 por ciento el último año; lo que significa que para hacer una compra estándar de víveres ahora se necesita una bolsa llena de efectivo.
El nuevo billete de 100.000 mil bolívares se convertiría en el de mayor denominación jamás impreso en Venezuela junto con otro de hace dos años; cuando circulaba la moneda anterior, el bolívar fuerte (la última versión de la moneda se llama bolívar soberano). El banco central considera introducir denominaciones todavía más elevadas en el futuro.
A principios de este año, Venezuela asistió a una impresora de dinero estatal en Rusia para adquirir 300 millones de billetes nuevos luego de acumular deudas con De La Rue; uno de los mayores fabricantes de billetes bancarios del mundo.
Casa de la moneda a prueba
Más de una década de mala gestión política y políticas económicas fallidas significa que la Casa de la Moneda nacional tiene que superar una serie de obstáculos adicionales para presentar el nuevo billete.
La reducción de personal debido a la pandemia, así como la escasez de tinta y los desafíos técnicos provocados por las piezas faltantes y los frecuentes apagones han retrasado los intentos de poner en funcionamiento el equipo de impresión, dijeron dos de las personas.
El reciente envío será el último de Fedrigoni, ya que cumple con un contrato firmado en 2018; un año antes de que el banco central de Venezuela resultara sancionado por Estados Unidos; en un esfuerzo por separar al gobierno de Nicolás Maduro del sistema financiero global, según dos de las personas. La imprenta con sede en Verona fue adquirida más adelante por Bain.
Venezuela está en su séptimo año consecutivo de recesión y se estima que se contraerá otro 20 por ciento este año debido al confinamiento por coronavirus y el colapso de los ingresos petroleros. Intentos anteriores por estabilizar la moneda eliminando ceros e imprimiendo nuevos billetes han fracasado.
Las autoridades ignoraron un mayor número de transacciones que se ejecutan en dólares; y Ecoanalítica considera que aproximadamente 60 por ciento de todas las compras se hacen ahora con dólares.
Por consiguiente, Venezuela está en hiperinflación desde el año 2017; lo que ha diezmado la capacidad de la mayoría de los venezolanos para adquirir inclusive los bienes más importantes, y mucho menos ahorrar. Una familia promedio necesita más de 100 sueldos mínimos oficiales para satisfacer sus necesidades básicas.
Fuente: Agencias
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