Fue una sorpresa. Algunos aún dormían, mientras que otros comenzaban a preparar desayuno con una cocina improvisada, cuando seis funcionarios policiales pasaron en moto a baja velocidad por la cola de tres kilómetros de gandolas y camiones, en la variante Naguanagua – San Diego. El mensaje fue claro: “A partir de hoy el gasoil cuesta 0,5 dólares por litro. Díganles a sus patrones”.
En principio, a los transportistas les parecía una equivocación. Pero no. Un grupo fue hasta las oficinas de la estación de servicio Bosqueserino y lo confirmaron. “Para mí también fue una sorpresa”, expresó la encargada.
El impacto económico de esta medida es importante. “Pasamos de darle uno o dos dólares o un kilo de comida al bombero como una colaboración, a tener que pagar 300 o 400 dólares por gasoil”, expresó Juan Cañizales.
Él ya tenía tres días durmiendo en esa cola cuando se enteró del nuevo precio del combustible que era subsidiado en 100 % desde el 31 de mayo de 2020, cuando se establecieron dos tarifas para la gasolina, una en bolívares y otra en dólares.
Cerca de mediodía seguía en el mismo lugar. No hubo despacho de gasoil porque en la estación de servicio estaban calibrando las máquinas. “Tuve que rechazar la gandola que llegó porque no puedo comenzar a vender sin saber si hay alguna fuga en las tuberías porque eso sería dinero perdido para nosotros”, dijo la encargada.
Consecuencias del nuevo precio del gasoil
Son varias las preocupaciones de los transportistas en este momento. Para Johan López, lo más grave es que se desatará el desempleo en el sector. “El patrón va a parar sus carros porque no va a tener para pagar lo que ahora cuesta el gasoil”.
Hay gandolas con tanques de 600 litros de capacidad, otros de 800, lo que se traduce en que se necesitarán 300 o 400 dólares para poder surtir. Esto tendrá un impacto en los precios de los fletes y en los productos que se exhiben en los anaqueles del país.
Un viaje de Puerto Cabello a Barcelona, por ejemplo, se paga en 500 o 600 dólares y se requiere 200 litros de gasoil, sin incluir el retorno. “Eso será pérdida para el empresario y para nosotros”.
Rafael Rivero, quien moviliza línea blanca por todo el país, destacó que, por primera vez, será más costoso el combustible que un caucho que está en 260 dólares, aproximadamente. “Será muy difícil que las compañías de transporte puedan pagar eso”.
Otro aspecto a considerar es la inseguridad. Los conductores de estos vehículos temen que se incremente porque se piense que ellos tendrán en su poder el dinero para cancelar el gasoil. “Y eso no es así. Será el patrón el que lo traiga cuando estemos por llegar al surtidor, pero pueden venir a querer robarnos y hasta podemos perder la vida de esa manera”, expresó López.
La vida en una cola para surtir combustible
Con esta medida, los transportistas no esperan que las colas se reduzcan, porque no ha funcionado al 100 % con la gasolina, cuyo suministro sigue fallando.
Lamentan tener que pasar hasta una semana en una cola por gasoil para poder hacer un viaje y ganarse entre 50 y 70 dólares, que es lo que les pagan a ellos.
Ellos duermen en hamacas, colchonetas o encima de los asientos de las unidades, hacen sus necesidades en el monte y le piden agua a las personas que viven en urbanizaciones cercanas, pero, sobre todo, pasan mucha hambre.
“Los viáticos no nos alcanzan para comprar comida en la calle, a veces alguien nos trae o cocinamos en plena carretera. Pero la mayoría de las veces no comemos bien”, relató Francisco Morgado.
La crisis de combustible en Venezuela ya tiene más de dos años. Antes, las temporadas de colas solían ser más cortas, pero desde 2020 es una constante. Las fallas de producción y distribución son evidentes en las estaciones de servicio.
Cactus 24
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