Falleció monseñor Mario Moronta, obispo emérito de la Diócesis de San Cristóbal, este lunes 4 de agosto, lo que ha llevado a la iglesia católica del estado Táchira a vestirse de luto.
La muerte marca el final de la peregrinación en la tierra. Así lo expresó Pablo VI en su última meditación, antes de su fallecimiento el 6 de agosto de 1978.
Mario Moronta tenía una admiración especial por el papado del italiano. Él, quien fortaleció el carácter peregrino del Táchira y enriqueció el sentido de comunidad en sus festividades, ha sellado esta meta el lunes 4 de agosto.
Falleció el monseñor Mario Moronta
Se apagó el corazón del padre y pastor de más de un millón de católicos tachirenses durante el último cuarto de siglo. Mario Moronta ha llegado al ocaso de su vida a los 76 años, tras haber acumulado obras que respaldan su lema episcopal: servidor y testigo.
Ordenado presbítero el 19 de abril de 1975, Moronta desempeñó su ministerio sacerdotal en diversas parroquias de la Diócesis de Los Teques, en el estado Miranda. Después de 15 años de servicio en comunidades de Cúa, los Valles del Tuy y Guarenas, además de su labor como docente y secretario-canciller, san Juan Pablo II lo convocó al orden de los obispos.
Con su ordenación episcopal, el 27 de mayo de 1990, Moronta se convirtió en obispo auxiliar de Caracas. Le correspondió una capital convulsa en el ámbito político, con acontecimientos como los del 4 de febrero de 1992. A finales de 1995, la Santa Sede le encomendó regresar a Los Teques en calidad de obispo titular de esa Iglesia.
Su historia
Mario del Valle Moronta Rodríguez (Caracas, 1949) asumió el cargo como el quinto obispo de San Cristóbal el viernes 18 de junio de 1999. Y así permaneció hasta el sábado 14 de diciembre de 2024, cuando entregó el báculo pastoral de Sanmiguel, fundador de esta Iglesia local, a su sucesor y actual pastor Lisandro Rivas.
Veinticinco años, seis meses y 26 días encarnándose como tachirense. Fue el segundo episcopado más extenso de esta centenaria diócesis, solo superado por Alejandro Fernández Feo, quien llevó durante 32 años la mitra de San Cristóbal.
Con el respaldo del gobierno nacional, Moronta promovió la construcción de un nuevo, amplio y moderno santuario diocesano para acoger la multitudinaria festividad del Santo Cristo, a quien él también declaró patrono del Táchira y protector de los Andes venezolanos el 6 de agosto de 2007.
Como regente de la Iglesia del Táchira, Moronta concibió y llevó a cabo el segundo y tercer sínodo (reunión del clero) de la Diócesis. Este constituye un instrumento fundamental para la renovación de la hoja de ruta de una Iglesia local.
Su último adiós
Más allá de su rol como obispo, Mario Moronta también se erigió como la voz de la conciencia tachirense a través de tres medios: sus homilías, sus declaraciones a los medios de comunicación y sus obras literarias.
Finalmente, Moronta también compartió parte de su legado: solicitó que, aunque tras su partida a la eternidad, su cuerpo fuera sepultado en la catedral de San Cristóbal, a los pies del Cristo del Limoncito, deseaba que su corazón descansara en el Santuario Diocesano del Santo Cristo en La Grita.
Con información: ACN.
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